Situación militar en 1585
Un grupo acampó en Ravenstein, otro fortificó Haultepenne en Gelre y un tercer grupo al mando de Don Francisco Arias de Bobadilla decidió acampar en la Bommelerwaard hacia el 20 de noviembre de 1585. Con unos pocos pontones cruzó el río Maas e hizo que tres regimientos establecieran cuarteles de invierno en Heerewaarden, Driel y Hurwenen (actual municipio de Maasdriel), porque estimaba que se podía obtener suficiente comida de la población campesina que vivía allí. Sin embargo, éstos habían abandonado las aldeas y se habían trasladado con toda la comida y el ganado a Bommel, donde se encontraba una fuerte guarnición de los Estados holandeses. Debido al frío invernal y a la falta de alimentos, los hombres de Bobadilla lo tenían francamente difícil.
Bobadilla rodeado por Hohenlohe
Poco después, Felipe de Hohenlohe-Neuenstein, con una flota de cien barcos estatales y una fuerza considerable de guerreros, llegó a Bobadilla y perforó los diques de la Bommelerwaard. Las inundaciones que siguieron obligaron a los españoles a retirarse y volvieron a cruzar el río Maas. Sin embargo, cerca de Empel, la retirada hacia ‘s-Hertogenbosch resultó estar cortada por unas zonas inundables, fuertemente vigiladas por Hohenlohe y sus soldados.
Los españoles instalaron entonces defensas en las pocas zonas altas que habían permanecido secas, una de las cuales era Empel. Mansfeld intenta sin éxito liberar a los hombres de Bobadilla, y Hohenlohe ya se prepara para tomar miles de prisioneros de guerra y llevárselos sin dificultad.
“El Milagro de Empel”
Las tropas españolas quedaron atrapadas durante cinco días en el frío y la lluvia, rodeadas por las tropas estatales con sus barcos en el agua. Del 4 al 7 de diciembre, los arqueros de los barcos dispararon continuamente contra las posiciones españolas. Para protegerse del inminente desembarco del Estado, los tercios se atrincheraron alrededor de la iglesia de Empel.
Un soldado español encuentra un cuadro intacto con la imagen de la Inmaculada Concepción de María. Bobadilla hizo colocar la imagen en la iglesia, tras lo cual tuvo lugar una oración. Al día siguiente, 8 de diciembre, era el día en que tradicionalmente se celebraba la Inmaculada Concepción desde hacía varios siglos, y la cofradía de Nuestra Señora de Bossche celebró una solemne procesión para implorar la ayuda de Dios sobre los soldados españoles atrapados, que eran sus compañeros católicos.
Ese mismo día empezó a helar. Los barcos, que corrían peligro de quedarse atrapados, tuvieron que retirarse a las aguas abiertas del Mosa. Dos días más tarde comenzó a deshelar y así las tropas españolas pudieron volver a ‘s-Hertogenbosch. No obstante, esto no impidió que muchos murieran como consecuencia de las penurias sufridas.
Según una fuente española, sin embargo, los estatales emprendieron la retirada porque Mansfeld había traído artillería pesada de ‘s-Hertogenbosch con la que abrió fuego contra los barcos, que por tanto se vieron obligados a retroceder; después los barcos se atascaron en el hielo, y algunos fueron atacados a tiros o capturados por las tropas de Mansfeld. Según esta versión, el hielo no fue por tanto un motivo, sino más bien un obstáculo durante la retirada de los estatales. El cartógrafo estatal Frans Hogenberg, también afirmó en su momento que fue Mansfeld quien salvó a los hombres de Bobadilla.
Con todo, en el ejército español lo ocurrido en Empel fue considerado un milagro. La veneración de María tomó mucho vuelo en los círculos militares. Se fundó una hermandad que lleva el nombre de “Soldados de la Inmaculada Concepción de la Virgen”. En 1892, María se convirtió finalmente en la patrona de la Infantería Española por Real Decreto.